domingo, 1 de marzo de 2015

¡DIOS Y PATRIA!

¡DIOS Y  PATRIA!

En los últimos días, prendí el televisor – no es algo que suela usar – y me encontré de inmediato con la Teletón, justo aquel momento en que la Policía Nacional, en una muestra de su “gran Altruismo” pasaba frente a cámara a dar su donación, luego de ello anunciaban su lema que, a pesar de haberlo oido muchas veces con antelación, me resonó en la cabeza todo el día. La Policía Nacional anunciado a toda voz: ¡DIOS Y PATRIA!

Luego fue inevitable recordar las exenciones tributarias de las iglesias; que el Presidente al posesionarse –según el artículo 192 Constitucional – jura ante Dios cumplir fielmente la Constitución y la ley; que dentro de la estructura militar hay un sinfín de referencias a Dios; que a la Corte no le parece contrario a la Constitución honrar santos católicos; que gran parte de los debates políticos finalizan en si “Dios quiere o no eso para nosotros” o si “eso es acorde con lo que Dios quiere”;  que el gran defensor constitucional de las igualdades y derechos, la institución del procurador, es un católico fundamentalista; que en todos los  empleos que he tenido, en algún momento mi jefe me ha hablado de Dios, y finalmente; he escrito Dios con “D” mayúscula durante todo el texto.

Por otro lado, recuerdo aquella promesa de mi primer año de carrera, en el que luego de estudiar las revoluciones burguesas que marcaron la estructura constitucional, se prometía una constitución de iguales para iguales. En ese discurso se mencionaba una y otra vez, el artículo 19 constitucional: “Se garantiza la libertad de cultos […]”;  se mencionaba que el Estado es un Estado Laico, y que la única fuente del derecho es la ley – en su sentido amplio -.  

En todo caso, no busco hacer una apología al ateísmo, ni una crítica a la iglesia, no es punto de interés del texto. Quizá busco una apología a la honestidad, donde el País debería dejar a un lado la hipocresía que tanto caracteriza nuestra cultura, para de una vez por todas declararnos abiertamente Cristianos, en cualquiera de sus variables, donde se acepte de frente y sin tapujos que Colombia es un en vez de ser un  Estado ¿Social? de ¿Derecho? , es un Estado “Social” de “derecho” Cristiano, con todas las contradicciones teóricas que esto pueda representar.

Quizá así podría evitarme discursos interminables, en donde intento explicar  una y otra vez, lo que  teorías sociológicas desde antaño afirman,  es decir, que las estructuras predeterminan a los individuos, que estructuras religiosas condicionan a los individuos hacia esa determinada creencia. En ese sentido declarar patrón de una población a una imagen religiosa, llena de contenido simbólico, atenta abiertamente contra la libertad de culto, y sin duda contra la libertad de expresión en tanto silencia las posibilidades de representar y manifestar otras formas de lo sagrado.


Finalmente dejo una invitación a que en este marco volvamos a pensar normas como la recién demandada “ley de la madre Laura”, ya sea para legitimarlas del todo, o para empezar a construir un debate serio sobre lo que entendemos o queremos entender por un Estado Laico. Un debate en el que intentemos separarnos de las influencias de infancia que nos construyen como cristianos, o en su defecto, un debate en el que aceptemos de frente nuestra cristiandad, sin hipocresías.       

Diana Carolina Beltrán Herrera
Centro de Estudios Integrales en Derecho

No hay comentarios:

Publicar un comentario